Rosquillas de San Isidro, una dulce tradición
Rosquillas de San Isidro, tontas o listas pero todas deliciosas

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Las rosquillas de San Isidro son una dulce tradición de Madrid en sus cuatro variedades: tontas, listas de Santa Clara y francesas. Todas las festividades importantes en España tienen reflejo en la gastronomía y la celebración de San Isidro Labrador de Madrid no podía ser menos con las rosquillas del santo. Te contamos cómo se hacen las rosquillas tontas y listas, cuál es su origen y otras curiosidades. Sea que te animes a preparar estar receta de rosquillas o que te acerques a una pastelería a por tus rosquillas de San Isidro ¡no dejes de disfrutarlas!

Para acercarte más a la figura de San isidro y a los orígenes de la ciudad te recomendamos una visita al Museo de San Isidro. Eso si, no te pierdas nuestras recomendaciones, disfrutarás más la visita.
Rosquillas de San Isidro
Para encontrar el origen de las rosquillas listas de San Isidro debemos mencionar la figura de La Tía Javiera, cuya figura ha quedado inmortalizada en forma de cabezudo que desfila por las calles de Madrid en las celebraciones del 15 de mayo.
Para hacernos una idea de la importancia de las Rosquillas de San Isidro leamos lo que nos contaba Jacinto Benavente el 10 de mayo de 1950:
“Quizá de ninguna golosina pueda ofrecerse tanta variedad en sabor, tamaño y aspecto […] Las llamadas del Santo son de tres clases: las tontas, las de Fuenlabrada o yema; y las de Villarejo de Salvanés, o de la Tía Javiera, que por rosquillas hizo famoso su nombre y el de su pueblo.
Por haber sido mi padre médico titular de Villarejo de Salvanés y por ser de allí mi madre, he tenido cabal noticia de la verdadera Tía Javiera y de su descendencia […] Cuando yo nací ya no existía la Tía Javiera, que, en efecto, no había dejado ni tías ni sobrinas, pero sí una sobrina segunda que todos los años, por San Isidro, venía a Madrid y tenía su puesto con las más legítimas rosquillas de Villarejo y de la Tía Javiera.»

Historia y tradición
Una de las tradiciones del día de San Isidro es sin duda la gastronómica. Preparar y comer rosquillas de San Isidro y acompañarlas de limonada es algo muy castizo así que compartir esta tradición en familia es una buena idea. Además, las rosquillas de San Isidro tienen en la actualidad muchas variedades, así que seguro que a todos os gusta alguna de ellas.
Y hablando de tradiciones, ¿ya sabes cómo vas a celebrar San Isidro en familia este año? La mejor selección de planes la tienes aquí.
Aunque la creatividad es muy amplia lo cierto es que las que han llegado hasta nosotros son de cuatro tipos: tontas, listas, francesas y de Santa Clara. Después de la Tía Javiera, que como nos cuenta Jacinto Benavente parece haber sido la mítica vendedora que contribuyó a popularizarlas, vinieron muchos otros, y el número de personas que las vendían aumentó. Hasta que se convirtió en una tradición.
Aunque ahora se suelan tomar con limonada la tradición mandaba acompañarlas de vino blanco, y no cualquiera, sino el de Arganda.

Tipos de rosquillas de San Isidro
Los tipos de rosquillas de San Isidro son cuatro: tontas, listas, de santa Clara y francesas:
- Las rosquillas tontas son las más sencillas. La masa simplemente se baña con un poco de huevo para darles color al hornearlas. En su sabor destaca el anís.
- Las rosquillas listas tienen la misma base de las tontas pero se cubren con un glaseado a base de azúcar, claras de huevo y zumo de limón.
- Las de Santa Clara se recubren de merengue seco de color blanco. Parece ser que las comenzaron a elaborar las monjas Clarisas, de ahí su nombre.
- Especialmente curiosa es la historia de las llamadas rosquillas francesas, que llevan una cobertura de almendras picadas y azúcar. Se cuenta que las rosquillas francesas tienen su origen en la esposa de Fernando VI, Bárbara de Braganza. La reina consideraba que las rosquillas tontas eran demasiado simples, así que le pidió al cocinero de la corte que idease una versión diferente y así nacieron las llamadas francesas.
Ingredientes y elaboración
Los ingredientes son muy sencillos; harina, huevo, azúcar, aceite de oliva suave y anís para la masa. La masa es similar para todos los tipos de rosquillas de San Isidro, que se diferencian según la cobertura que decidamos ponerles. La cobertura más tradicional lleva zumo de limón, azúcar glas y claras de huevo.
Estas son las cantidades que necesitas para unas 14 rosquillas:
- 275 gramos de Harina de trigo
- 8 gramos de Levadura química
- Una pizca de sal
- una pizca de anís en grano
- 3 huevos
- 25 gramos de aceite de oliva suave
- 25 gramos de licor de anís dulce (si hay niños omitir)
- 75 gramos de azúcar
Elaboración:
- Comenzamos batiendo con unas varillas dos huevos junto con el azúcar, la sal, el aceite y el licor de anís en caso de que lo vayamos a usar. Debemos insistir bastante hasta que la mezcla blanquee (unos 10 minutos)
- A continuación tamizamos la harina y la levadura y las añadimos a la mezcla anterior junto con el anís en grano.
- La masa que obtengas debe ser blandita y pegarse poco a los dedos. Si está demasiado pegajosa puedes añadir algo más de harina hasta alcanzar la textura deseada.
- Ahora divide la masa en porciones y dales forma redonda. Haz un agujero en el centro y coloca tus rosquillas en una bandeja de horno cubierta con papel vegetal.
- Pincela las rosquillas con huevo batido (el huevo que sobraba), introduce la bandeja en el horno y cuece durante unos 12 minutos o hasta que estén doradas.
- Deja enfriar sobre una rejilla
Tus rosquillas de San Isidro tontas están listas. ¡A disfrutar!
Si quieres hacer tus rosquillas listas solo tienes que preparar este glaseado.
Para que quede más claro aquí tienes la receta de las cuatro variedades:
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