Vivimos una época de incertidumbres nervios restricciones menos esparcimiento y diversión Todo ello repercute en nuestro ánimo y el de toda la familia incluidos los pequeños de la casa.
Ellos interiorizan todo lo que pasa además tienen sus propios ‘problemas’ el cole los exámenes sentirse parte de un grupo las relaciones con sus iguales la aceptación los videojuegos las redes sociales
El mindfulness ayuda a los adultos a enfrentarnos al estrés y los problemas y por qué no también a los peques. Por ello en este artículo nos acercaremos al mindfulness para niños.
¿Qué es exactamente? Es una técnica milenaria que se está implantando en muchos colegios y también podemos practicar con ellos en casa.
Su origen es budista y se basa en la práctica de la meditación terapéutica. Se usa sobre todo con niños TADH ansiedad TEA depresión estrés Sin embargo se ha demostrado que es positivo para todos los niños y adolescentes ya que les ayuda a tomar conciencia de su cuerpo sus pensamientos y su entorno. Reflexionan sobre sus emociones relativizando sus problemas y entendiendo que pueden superarlos.
Mindfulness no se limita solo a enseñarles a meditar relajarse o respirar. Va muchísimo más allá: la alimentación la manera de relacionarnos el entorno el deporte
Beneficios
Los niños aprenden a tomar distancia respecto a sus pensamientos y emociones y así no reaccionar de manera impulsiva desesperada o a gritos. Estará más relajado y equilibrado. Primando las emociones positivas como la aceptación tolerancia tranquilidad compasión por encima de la ira o el miedo y enseñando a enfrentarlas.
El mindfulness tampoco es la solución a todos los problemas de nuestros hijos pero les puede ayudar a relajarse y superar el estrés diario.
– Mejora la capacidad de atención y concentración
– Regula sus emociones.
– Ayuda a tener más conciencia de uno mismo y a tomar mejores decisiones
– Fomenta la empatía
– Mejora su autocontrol
– Aumenta su resiliencia
Cómo practicarlo
El silencio es fundamental. Se puede practicar en cualquier espacio sin ruidos ni distracciones. Lo habitual es estar sentado en el suelo cerrando los ojos y concentrados en lo que les decimos o lo que escuchan pero existen infinidad de técnicas:
– Una idea es usar un cuenco tibetano u otro instrumento que tenga mucha vibración como una campana o algo similar. Incluso puedes usar un audio como el de este enlace. Se le explica al niño o la niña debe escuchar hasta que se deje de oír. Les calma y fija su atención.
– Respirar con mi peluche. Muy efectivo para la hora de acostarse y enseñarles a respirar de forma relajada y dormir mejor. Tiene que poner a su peluche en el abdomen coger aire por la nariz contando hasta 4 mientras mira cómo el abdomen sube con su peluche encima. Después mantenemos ese aire 3 segundos y exhalamos por la boca observando que el peluche baja.
– Moverse. La mente y cuerpo están interrelacionados por ello es bueno que lo usemos también. Pide que salten durante un minuto en el mismo sitio. Después que se sienten con los ojos cerrados y las manos en el pecho para sentir su corazón y su respiración. Que sean conscientes de lo que pasa en su cuerpo y se relajen a la vez.
– Convertirse en superhéroes. Ponerse en pose de poder: de pie con la espalda recta brazos en jarras y siempre con los ojos cerrados. Van a tener superpoderes desarrollando sus sentidos al máximo. Super oído super olfato Que escuchen el silencio y todo sonido que les envuelve. Deben estar relajados y atentos para que nada escape a su super radar.
– La respiración de la abeja. Es un ejercicio de yoga para calmarse y ayudar la su respiración.
Que se tapen las orejas con el índice después cierran los ojos e imitan el sonido de las abejas MMMMMMMMMMM.